Muchos de los juegos que nos acompañan desde a niñez y siguen acompañando a las nuevas generaciones poseen una rica simbología que deriva de mandalas arquetípicos? Veamos dos ejemplos:
El Ajedrez: está basado en el mandala cuaternario simple, equivalente al Yin y Yang. el tablero de este juego también representa el plano esencial de los templos y los cuatro puntos cardinales.
Al igual que lo que proponen otros mandalas, este juego simboliza la Ley del Karma (Causa y Efecto), ya que cada movimiento se ve condicionado con los anteriores.
Otro dato: el tablero tiene 64 casilleros, al igual que 64 hexagramas tiene el milenario I Ching, Libro de los Cambios, de origen chino.
El Ajedrez ejemplifica el arte del dominio del mundo material, respetando las leyes del plano espiritual.
El Juego de la Oca: constituye un recorrido iniciático con todas las pruebas, sacrificios y premios que conlleva la propia existencia humana antes de retornar a la Unidad primordial.
Simbólicamente, la Oca en muchas culturas es el ave mensajera entre el cielo y la Tierra, y está asociada al Sol por los antiguos egipcios. Su intervención ofrece una gran ayuda en ciertos momentos y constituye el destino final.
El juego se equipara con el mito del laberinto y también con la teoría budista de la reencarnación.
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