domingo, 11 de noviembre de 2007

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viernes, 19 de octubre de 2007

Correspondencia 4

  • Cruz de las ocho beatitudes.
  • El octuple sendero del budismo.
  • Los ocho instrumentos del budismo.
  • Las ocho Bienaventuranzas dichas por Jesús.
  • La Rosa de los Vientos.
  • El infinito

viernes, 21 de septiembre de 2007

La Falta de tiempo

El problema es más importante de lo que en una primera visión pueda parecer, pues los afectados vienen viviendo en un continuo estrés que, en muchas ocasiones, degenerará en enfermedad. La ansiedad, los trastornos del sueño, los desórdenes alimentarios, las afecciones cardíacas parecen interrelacionar bastante, con esta causa.

¿Se puede hacer algo para combatir este inconveniente? Se puede y se debe. En primer lugar hemos de partir de una afirmación, que por evidente, no es sin embargo simple recordar, el tiempo no es elástico, por tanto si no podemos aumentarlo, hemos de conformarnos con utilizar el que está a nuestra disposición. Admitido esto, como segundo paso, tenemos que llegar al convencimiento de que dado que se trata de un bien escaso se hace preciso ADMINISTRARLO.

¿Cómo se administra el tiempo? ¿Existe la receta mágica para conseguirlo? Seguramente no hay un sistema único y maravilloso de administrar el tiempo. Es más cada uno de nosotros debe comprometerse consigo mismo a generar, a crear, su propio sistema de administración del tiempo. El desarrollo del propio sistema de administración es fundamental, por dos motivos:

Lo que funciona para unos, no tiene necesariamente que funcionar para todos.
Al asumir el “negocio” de administrar el tiempo disponible, desarrollamos un hábito positivo, que tiende a garantizarnos mejores resultados.

¿Cómo se fabrica un sistema personalizado de administración del tiempo? Podemos indicar una serie de orientaciones para conseguir diseñar nuestro propio método de control, en el que podríamos utilizar las siguientes técnicas:

1. Durante un período de una semana, anote en una libreta, en una agenda, en su ordenador, en qué consume su tiempo. Se sorprenderá de la cantidad de “tiempos muertos”, de asuntos inesperados que reclaman su atención, de cuestiones, sin tanta importancia, en las que invierte un buen puñado de minutos diarios.

2. Jerarquizar, es una palabra mágica, debemos aprender a distinguir entre lo que es importante y lo que no lo es, entre lo que es interesante, necesario, urgente, importante e inaplazable. Una vez tengamos la costumbre de hacerlo, debemos hacer siempre primero lo más importante, lo más inaplazable y dejar el resto para después.

3. Concentración, es una fórmula especial, cuando haya decidido qué tiene que hacer ahora, hágalo, olvide todo lo demás, sumérjase en esa tarea y verá como rinde más.

4. Delegar, se habla mucho de la conveniencia de delegar, es fundamental rodearse de un buen equipo de colaboradores, a quienes podamos encomendar muchas de nuestras tareas. No es admisible refugiarse en la típica excusa de “ellos no saben hacerlo”, es posible que no lo sepan hacer, que no lo hagan como usted, que lo resuelvan de forma distinta. Si no saben realizar esa tarea, enséñeles, el tiempo que invierta en ello será un importante aliado.

5. Aprenda a hacer varias tareas a la vez, es posible hacer esa llamada importante mientras se dirige a una reunión, tal vez pueda leer ese informe tan significativo mientras le cortan el pelo, sea imaginativo y duplique sus acciones.

6. Diga no, con una sonrisa, con un gesto afable, niegue su asistencia a una comida innecesaria, no pierda su tiempo en reuniones de menor importancia, no deje que invadan su despacho y los demás le cuenten historias y cuchicheos que le roban su tiempo, hay personas que parecen estar desocupadas todo el día, sea cortés con ellas, pero inflexible en evitar que le roben su tiempo.

7. Planifique sus tareas, aunque al principio pueda parecer molesto, aburrido, una pérdida de tiempo, esta acción es una de las más importantes que puede realizar en su propio beneficio, los minutos que dedique cada día a organizarse, a planificar sus jornadas de trabajo, le serán muy rentables.

8. Pierda el tiempo, podemos tener la mejor de las planificaciones de nuestros días, de nuestras semanas, de nuestros meses, pero inevitablemente, casi a diario, van a surgir “fuegos que apagar”, “conversaciones que escuchar”, “llamadas telefónicas ineludibles”, de manera que resulta muy inteligente, en el momento de organizarnos, incluir un porcentaje de minutos diarios para perder, pues querámoslo o no, el efecto se producirá.

9. Reserve tiempo para sus relaciones familiares, personales, para sus amistades, además de trabajar, debe continuar siendo un ser humano, así que cultive el trato con los demás.

10. Cuando todo falle, cuando su plan se esfume, cuando el trabajo se acumule, cuando no sepa por dónde empezar, no se angustie, sepa que eso nos pasa a todos más a menudo de lo que se imagina. Cuando llegue a esa situación, respire hondo, sonría, cante una canción, haga algo diferente a lo que normalmente hace, y recuerde que “de perdidos al río”, así que quizás resulte más conveniente salir a dar un paseo y templar los ánimos, antes de reiniciar su tarea.

sábado, 15 de septiembre de 2007

EL CABALLO simbolismo

Símbolo complejo y ambivalente, para Eliade es animal etonico funerario, para Stienon es símbolo del movimiento cíclico de la vida, lo cierto es que en la memoria de todos los pueblos se le asocia a las tinieblas del mundo etonico del cual surge siendo portador de vida o muerte. El análisis ve en el caballo el símbolo del psiquismo inconsciente o la mente no animal, memoria del mundo y del tiempo, de color blanco representaría el instinto dominado, controlado.

En el Asia Central se conserva en la tradición y la literatura la imagen del caballo etonico, cuyos poderes misteriosos suplen a los del hombre, allí donde los de este se detienen, en el umbral de la muerte.

Mit. griega , Aquiles sacrifica cuatro yeguas en la pira funeraria de su amigo Patroclo para que le conduzcan por el reino del Hades.

En el entorno de Dionisos abundan las figuras hipomorficas. Pegaso es el caballo celeste portador del rayo de Zeus.

En china en los antiguos ritos de iniciación de la adolescencia, a los neófitos se les llamaba potros, el caballo instruye al hombre , el instinto aclara la mente.

En oriente, tanto en los textos búdicos como en los hindúes, los caballos son sobre todo símbolo de los sentidos enganchados al carro del espíritu, que lo lleva de acá para allá, a no ser que el guía (la consciencia) dirija su marcha.

La iniciación caballeresca occidental del medioevo, registra analogías con la simbólica del caballo, su arquetipo es la lucha de Beleorofonte montado en Pegaso contra la quimera.


En su aspecto negativo los caballos se consideran una kratofania de la muerte, una manifestación dela muerte como lo serían la guadaña o el esqueleto, son abundantes en este sentido las apariciones en la literatura y cultura occidentales: la erinia Demeter de Arcadia se la representa con cabeza de caballo, era la ejecutora de la justicia infernal. Las harpías a la vez mujeres pájaro y yeguas ,una de ellas es la madre los caballos de Aquiles.

En el libro de los sueños de Artemidoro si un enfermo sueña con un caballo es presagio de muerte.

Así en Inglaterra y Alemania se pensaba de la misma manera.

En resumen, la tremenda afluencia de referencias al símbolo del caballo en todas las culturas del mundo, hace pensar que el caballo constituye uno de los arquetipos fundamentales que la humanidad haya inscrito en su memoria.

Representa el poder ascensional de las fuerzas naturales, la capacidad innata de espiritualización, de transformación del mal en bien.

martes, 4 de septiembre de 2007

Octople sendero

El personaje debe alcanzar las ocho virtudes de honestidad, compasión, valor, justicia, sacrificio, honor, espiritualidad y humildad. Las ocho virtudes están vagamente inspiradas en el concepto hindú del Avatar que involucra dieciséis vías de purificación, siendo la final el hacerse uno con Dios (según se relata en el 'Libro oficial de Ultima' por Shay Addams). El carácter del Avatar es básicamente una figura equivalente a la de Cristo, pero sin connotaciones religiosas. Los tres principios de Verdad, Amor y Coraje reflejan las aventuras del Espantapájaros, el Hombre de Lata y el León de El mago de Oz;

El sendero óctuple (camino de las ocho virtudes)

1- Tener la fe pura (conocer rectamente las cosas, pues como hemos dicho no es una religión)
2- La voluntad pura (actitud recta)
3- La acción pura (conducta recta)
4- El lenguaje puro (palabras rectas)
5- La aplicación pura (profesión recta)
6- Medios de existencia puros (esfuerzos rectos)
7- Memoria pura (pensamientos rectos)
8- La meditación pura (la concentración recta del espíritu)

domingo, 2 de septiembre de 2007

Test de autoestima

Responde las preguntas de forma intuitiva, es importante que la respuesta sea lo más sincera posible. Al finalizar podrás ver el resultado.

Este test sólo ofrece orientación y carece de valor diagnóstico.

Test de autoestima

1. Cuando alguien te pide un favor que no tienes tiempo o ganas de hacer...

Pese a todo lo hago, no sé decir que no.
Doy una excusa por tonta que sea para no tener que hacer ese favor.
Le digo la verdad, que no me apetece o no puedo hacer lo que me pide.

2. Viene alguien a interrumpirte cuando estás trabajando o haciendo algo que consideras importante ¿qué haces?

Le atiendo, pero procuro cortar cuanto antes con educación.
Le atiendo sin mostrar ninguna prisa en que se marche.
No quiero interrupciones, así que procuro que no me vea y que otra persona diga que estoy muy ocupado.

3. ¿Cuando estás en grupo te cuesta tomar decisiones?

Depende de la confianza que tenga con la gente del grupo, me cuesta más o menos.
Normalmente no me cuesta tomar decisiones, sea donde sea.
Sí, me suele costar mucho tomar cualquier decisión cuando estoy en grupo.

4. Si pudieras cambiar algo de tu aspecto físico que no te gusta...

Cambiaría bastantes cosas para así sentirme mucho mejor y estar más a gusto con la gente.
Estaría bien, pero no creo que cambiara nada esencial de mi vida.
No creo que necesite cambiar nada de mí.

5. ¿Has logrado éxitos en tu vida?

Sí, unos cuantos.
Sí, creo que todo lo que hago es ya un éxito.
No.

6. En un grupo de personas que discuten ¿quién crees tiene razón?

Normalmente la razón la tengo yo.
No todos, sólo algunos. Generalmente la mayoría da versiones válidas de la realidad.
Todas las personas aportan puntos de vista válidos.

7. Tu superior protesta o te regaña en voz bastante alta por un trabajo tuyo diciendo que está mal hecho...

Le escucho atentamente, procurando que la conversación se desvíe a una crítica constructiva y poder aprender de mis errores.
Que eleve la voz no se justifica en ningún caso. No tiene ningún derecho a tratarme así, por lo que no puedo escuchar lo que me dice hasta que no baje su tono de voz.
Me molesta que me regañe y lo paso mal.

8. Te preocupa mucho la impresión que causas sobre los demás, si caes bien o no...

Mucho, no soporto que alguien me tenga mal considerado.
No siempre, sólo cuando me interesa especialmente la amistad de la otra persona.
Lo que los demás piensen de mí no influirá en mi forma de ser.

9. ¿Preguntas, indagas, averiguas lo que la gente prefiere de ti y lo que no?

Sí, aunque me llevo algunos disgustos.
Sí y disfruto conociéndome a mi mismo a través de los otros.
No pregunto nada, por si acaso me encuentro con respuestas que hubiera preferido no escuchar.

10. ¿Crees que podrías lograr cualquier cosa que te propusieras?

Sólo algunas cosas de las que pienso son posibles.
Me cuesta conseguir lo que quiero, no creo que pudiera.
Con trabajo, suerte y confianza, seguro que sí.

11. ¿Estás convencido de que tu trabajo tiene valor?

No estoy convencido, pero hago lo que puedo porque tenga un valor.
No, más bien pienso que muchas veces no tiene valor ninguno.
Estoy convencido de que tiene mucho valor.

12. Me considero una persona tímida...

Depende del ambiente en que me mueva puedo ser más o menos tímido/a.
No me cuesta hacer amigos ni relacionarme en cualquier situación.
Creo que soy una persona especialmente tímida.

13. ¿Qué sientes cuando alguien recién conocido descubre por primera vez algún defecto que estabas ocultando?

Esta pregunta presupone que oculto mis defectos, en cualquier caso mi respuesta es que no me importa y que prefiero que los conozca cuanto antes.
Me siento muy mal y desde ese momento mi relación con esa persona ya no es la misma.
Me resulta incómodo, pero procuro no darle mayor importancia.

14. ¿Te has sentido herido alguna vez por lo que te ha dicho otra persona?

Sí, me he sentido herido muchas veces.
No hay nada que puedan decir que pueda herirme.
Sí, pero sólo por palabras dichas por personas muy queridas.

15. Si pudieras cambiar algo de tu carácter, ¿qué cambiarías?

Nada.
No lo sé, son muchas cosas.
Alguna cosa.

16. Cuando has tenido algún fracaso amoroso, ¿de quién has pensado que era la culpa?

Mía, normalmente.
Del otro, normalmente.
Cada fracaso es distinto, a veces uno a veces otro.

17. Si realizas un gran trabajo, ¿no es tan gran trabajo si nadie lo reconoce?

Efectivamente, si nadie reconoce el valor de mi trabajo no merece tanto la pena.
El valor de cualquier trabajo es independiente del juicio de quien sea.
El valor de mi trabajo soy yo el único que puede juzgarlo.

18. ¿Alguna vez sientes que nadie te quiere?

No es que lo sienta, es que es verdad que nadie me quiere.
Si, a veces siento que nadie me quiere.
No, sólo en alguna ocasión siento que no me comprenden, pero no es lo mismo.
Las personas a las que todo el mundo quiere no valen nada, sólo los grandes generan odios y enemigos.
Nunca me siento así, las personas que me rodean me aprecian.

19. Si repetidamente en reuniones de trabajo o grupos de estudio tus ideas no se tienen en cuenta...

Pienso que no merece la pena el esfuerzo porque mis ideas no son tan buenas como creía y procuro atender a las ideas de los otros, dejando en adelante de ofrecer más ideas.
Lo considero una estadística desfavorable, pero continúo aportando mis ideas si se me ocurre alguna interesante.
Abandono el grupo, ya que mis ideas no son tenidas en cuenta y procuro formar otro en el que soy el líder o ir en solitario.

20. ¿A dónde crees que te lleva tu forma de ser?

Hacia una mejora constante.
Al desastre.
A la normalidad.


Pulsa aquí para saber tu puntuación antes de ir a la solución


martes, 28 de agosto de 2007

2 a la 64

18446744073709551615
(-1 se pasa a código binario y luego ese número se convierte a decimal)

18446744073709551614
(-2 se convierte a Binario y ese resultado a decimal)

18446744073709551613
(El mismo procedimiento solo que con el nuúmero -3)

18446744073709551616
El resultado de la potencia (2 a la 64)

1+8+4+4+6+7+4+4+0+7+3+7+0+9+5+5+1+6+1+6=88
8+8=16
1+6=7

312 134 860 800

lunes, 27 de agosto de 2007

Diez consejos para edificar la autoestima

"Debemos sentir amor dentro de nosotros mismos antes de poderlo entregar a los demás"

Diez consejos para edificar la autoestima:


Siempre saluda a las personas con las que cruzas con una sonrisa. Cuando te introduces en un nuevo grupo toma la iniciativa de presentarte y decir tu nombre primero, claramente; siempre extiende la mano primero mirando a la persona a los ojos cuando hablas.


En tus comunicaciones telefónicas, ya sea en el trabajo o en la casa contesta siempre amablemente despues de dar tu nombre a la persona que habla y antes de preguntar por la persona con quien quieres comunicar o tratar tu asunto. Cuando empiezas por dar tu nombre, esto subentiende que es una persona de valor que hace la llamada.


Cuando vallas manejando un automóvil escucha algún programa de radio que te inspire. Los coches y autobuses son lass mejores universidades rodantes del mundo. Escucha programas de superación o de tipo educativo.
Invierte en tu propio conocimiento. Inscribete en algún seminario o clase de tipo de desarrollo personal o profesional. Haz de las librerias y de los centros de capacitación tu lugar de predilección para tu tiempo libre.

Siempre da las "gracias" cuando te hacen un cumplido sin importar la persona o la razón. No trates de minimizar o exagerar el valor que te confieren. La capacidad de aceptar es la marca universal del individuo con sólida autoestima.

No alardees. La gente que proclama sus hazañas y grita por pedir un servicio, en realidad está gritando para pedir ayuda. Los fanfarrones, jactaciosos piden desesperadamente que alguien les preste atención.


No cuentes tus problemas a todo el mundo, a menos que esten involucrados o pueden darte una solución. Y no te disculpes. La gente de éxito busca a los que parecen o suenan tener éxito. Siempre habla afirmativamente del progreso que intentas lograr.
Encuéntrate "modelos" de éxito que puedad copiar después.

Cuando te reunas con un "cerebro" actua como un mimo y aprende todo lo que puedas sobre el modo que utlizó para tener éxito. Es también válido para las cosas que temes: busca a una persona que ha sabido vencer lo que temes y enseñate.


Cuando cometes un error, te sientes ridiculo o rechazado, mira este error como si fuera un experimento educativo, y considera el ridiculo como ignoracia después de un rechazo échale una ojeada a tus ventajas, tus realizaciones y tus metas. Considera el rechazo como parte de una realización y no como rechazo del realizador.


Este sábado, dedicate a hacer algo que realmente deseas hacer. No te digo el mes próximo; hazlo este mismo sábado. Goza el hecho de estar vivo y de ser capaz de hacerlo. Tú te lo mereces. Nunca habrá otro tú.

miércoles, 22 de agosto de 2007

The Ninth Gate Problem

by Robert T. Tuohey

Every good man progressively becomes God. To become God, to be man,
and to
educate oneself, are expressions that are synonymous.” - Friedrich Von Schlegel


Usually this column is devoted to an examination of under-appreciated or lesser-known players of the past; in this particular installment, however, I’d like to shed some light on a completely ignored chess position from a relatively recent film. To wit: the chess position briefly seen in “The Ninth Gate” (1999).

Directed by Roman Polanski, starring Johnny Depp, the plot of “The Ninth Gate” revolves around the restoration of a medieval occult text, “The Nine Doors to the Kingdom of Shadows”, which, in its original form, is said to outline a ritual capable of summoning Satan.

The heart of this ritual, however, is not stated directly, but rather alluded to in a kind of “Satanic riddle” which takes the form of nine engravings: these the occultist must correctly interpret in order to successfully perform the working.

It should be carefully noted, in view of what is to follow, that these engravings, although historically fictitious, are very far from mere mock-ups or props: the general style and the esoteric symbology shown are rather accurate (borrowing heavily from the Tarot cards, and the artists Dürer and Holbein).

Before examining the seventh engraving, which specifically concerns us, for the reader’s general reference, here is the entire set:










The Seventh Gate

Here is an enlarged version of the Seventh Gate engraving:

The inside-cover art of the soundtrack to the film, composed by Wojciech Kilar, contains reproductions of these engravings further garnished with brief info at the bottom of each. The seventh reads as follows:

“The disciple outshines the master.”

(A king and beggar play chess on a board with white squares. The moon can be seen through the window. Beneath this and next to a closed door, two dogs are fighting.)

The pieces and the position of the dogs indicate that the king is White and the beggar Black. Note that the beggar, obviously, has the move.

After close inspection, I deem the following position is represented:

In order to more easily compare the engraving to the diagram I have arrived at, I here provide a rotated-version of the diagram:

At a glance, Black appears lost. However, as soon as analysis begins, you quickly realize that after KxB, White has nothing more than continual queen checks, as permitting the white knight or king the extra move needed for closing the mating-net will allow the black pawn to queen, or the black queen to draw by perpetual check.

For example, two strong computer programs, given a time control of 10 moves in 60 minutes, produced the following.

White: Aristarch 4.50 Black: Phalanx XXII

1...Kxc8 2.Qc6+ Kd8 3.Qb6+ Kc8 4.Qc5+ Kd7 5.Qd4+ Kc8 6.Qh8+ Kb7 7.Qg7+ Kc8 8.Qf8+ Kc7 9.Qe7+ Which is still a draw.

If this position is original with the film, which I strongly tend to doubt, or if it is derived from some other source, I have been unable to ascertain.

Now, the position itself is interesting enough, but to think that a big budget film could manage it (what with Hollywood’s rather poor record for chess accuracy), is astounding.

Doubting Thomas

Have I, indeed, managed to unlock the Seventh Gate? Or is the diagrammed-position above nothing more than a cracked chimera forged on my over-wrought mind?

If I’ve somehow managed to see what’s not there, I’m all the more entranced with it! For, as Vladimir Nabokov has said, it’s the type of “coincidence” that logicians loath and poets love.

Deeper Analysis

Without delving into historical proofs, I will merely state the following:

In the Seventh Gate picture, the King, with the white pieces, is representative of God; the Beggar, with black, is Humanity. The idea, as evidenced in the analysis, is that with proper “knowledge” Man can achieve equality with God.

Indeed, the identity of Man and God (or the Divine) is an ancient doctrine of both the Eastern and Western worlds. In the Christian tradition, this belief finds its expression in the Apocryphal texts (e.g., The Gospel according to Thomas), although within the Catholic system would be ruled heretical.

Bobby is reported to have claimed that with the White pieces he could draw against God…

Well, now, here we have something even better.

Conclusion

Of course, details on the engravings could be definitively answered by the illustrator himself, Francisco Sole. As yet, however, I have been unable to contact him.

Ergo, this article is published in the hopes of obtaining further keys to The Nine Gates.

Notes

  1. The Ninth Gate is based on the book Club Dumas, by the Spanish writer Arturo Perez-Reverte. His web-page is http://www.perez-reverte.com/default.asp. The Flanders Panel, also by this author, has a strong chess element.

  2. Notes on the film’s soundtrack can be found at http://seigner.republika.pl/soundtrack.html

  3. Further details on the engravings may be found at http://www.eclectichistorian.net/Engravings/

  4. The fine reproductions of the engravings used in this article were lent via express permission from http://www.apocprod.com/Pages/prop_pages/ninthgate.htm. A fine resource on The Ninth Gate, well worth visiting.

Astrology & Chess

Right now: Moon at 25� 32' Sagittarius, Sun at 29� 47' Leo




Looking for the lost secret of Astrology and Chess

Is Chess a Divine Game?
There are some evident correlations between the game of chess and the astrology which lead us to the conclusion that the Chess is a game inspired by the Universal Laws, maybe by the planetary movement.

Is Chess another kind of Astrology?

In Chess we have a board divided in 8 columns and 8 rows, in Astrology we use the zodiacal circle divided in 12 signs.
In Chess we have 6 symbols, the pieces (King, Queen, Bishop, Knight, Rook, Pawn), in Astrology we have 7 symbols, the 7 traditional planets, (Sun, Moon, Mercury, Venus, Mars, Jupiter, Saturn).
There are rules for the movement of these symbols and each has a specific value or interpretation.
The Art of the Player of Chess is to thoroughly study and understand the network of influences and forces on the chessboard, then to elaborate a strategy that will lead him/her to the defeat of the opponent.
The Art of the Astrologer is to thoroughly study and understand the network of influences in the astrological chart, then to elaborate an overall conclusion of it.

So far we seem to have only some general rules that apply to most board games.

astrology & chess

Pieces - Planets correlations

Looking deeper into this, one may notice some striking correlations.

There are some strong pieces-planets correlations.

The King is obviously correlated with the Sun. When the King is besieged and captured (checkmate) the game is over.
The Queen is correlated with the Moon in astrology. The Moon moves quickest of all planets, so does the Queen on the chessboard. In horary and electional (traditional astrology) the Moon is the most important planet to be considered. So is the Queen in Chess.
The Pawns are like children, which are traditionally ruled by the Moon. When they grow old, that is, when they reach the other end of the chessboard, they become Queens. Therefore the Pawns are also correlated with Moon.
The Bishops are obviously correlated with Jupiter, since Jupiter rules the religion and the religious persons. However, as the Bishops move always diagonally and there is the planet Mars whose glyph or symbol is a circle with an arrow coming out of it in an oblique direction, this is why the Bishops can also be associated functionally with Mars. So, the Bishops' nature is Jupiter/Mars.
The Rooks are also called Castles, therefore are associated with Saturn. But since they move only horizontally or vertically. As the ideogram of Venus is a formed of a circle with a cross below it, we may say that the Rooks are functionally associated with Venus. So, the Rooks' nature is Saturn/Venus.
The Knights are also called Horses, and they move atypically by jumping over other pieces, much like flying. Therefore, the Knights may be associated with Mercury, the Roman name of Hermes, the messenger god, with winged sandals.

Houses - Game stages correlations

The astrological development of the game of Chess

I'll present next the correlations between the twelve astrological houses of an astrology chart and the development of a game of chess.

The traditional "joys of the planets" are a particularly helpful concept here. It refers to the house where a planet enjoys itself, its energy being really appropriate and useful there. The astrological tradition considers that Mercury has its joy in the 1st house, the Moon in the 3rd house, Venus in the 5th house, Mars in the 6th house, the Sun in the 9th house, Jupiter in the 11th house and Saturn in the 12th house.

The 1st house is associated with the beginning of the game. The players move the first pieces. At this stage, the Knights are very important as they jump over the Pawns and can attack the opponent's Pawns. Mercury (the Knights) has its joy in the 1st house.

The 2nd house is associated with the next stage of the game, the development of the pieces, the building of a structure of defense.

The 3rd house is associated with the construction of a line of advanced Pawns (associated with the Moon), communicating and defending one another. At this stage the Pawns are really important. The Moon has its joy in the 3rd house.

The 4th house is associated with the castling. The King is put behind a wall of Pawns, in a safe place. The first part of a regular chess game is over.

The 5th house is associated with thinking of a strategy of action; here the creativity of the player is put to trial. The main issue now is to strengthen one's position in order to impress the adversary. The Rook (Venus) enters the game for the first time, as it got out of the chessboard corner through the castling. Venus has its joy in the 5th house.

The 6th house is associated with a stage of preparations. Once the overall strategy has been established in the previous stage, it is now the time to put it into practice, first by apparently innocent moves. In the same time, one must be attentive to speculate any bad move of the opponent, while trying to fix any weak points in the defense. The Knights (Mars) should be used to control the diagonals. Mars has its joy in the 6th house.

The 7th house is associated with the attack, with the overt challenge. It is the first house over the horizon and from now on the game will be played openly. The real war begins.

The 8th house is associated with traps and pitfalls, the most dangerous stage of the game, when the attack may fail and this would lead to a decisive counterattack. If the attack is successful, the opponent's defense line will be broken and some of his pieces captured: the 8th house is the turned 2nd house (pieces) from the 7th house (opponent).

The 9th house is associated with important steps toward victory. Once the defense line of the opponent has been broken, at this stage the King (Sun) may be threatened, by check. The Sun has its joy in the 9th house.

The 10th house is the stage when the player is already leading and now has to plan the next steps to make toward victory.

The 11th house is associated with the final stage of the game, when the final plan is put into practice. After both sides have captured many pieces, the Knights (Jupiter) have now plenty of space to run across the chessboard. Jupiter has its joy in the 11th house.

The 12th house is associated with the end of the game. The Rooks (Saturn) are supporting from behind the Pawns to advance and transform into Queens, which will checkmate the adversary's King and bring the victory. Saturn has its joy in the 12th house.

This is an astrological overview of the game of chess.

The astrological chart for the start of the chess game

The astrological chart for the start of the chess game may be treated either as an event chart or as an electional chart, in the rare cases, when the chess game is scheduled to a favorable astrological moment on purpose.

I'd consider the 1st house to represent the player that makes the first move in the game, the one with the white pieces, while the opponent, the player with the black pieces, will be represented in the 7th house.

At this moment, I'm still studying this issue, considering the planet and pieces correlations as well as the astrological houses - chess game stages, described above.
If you'd like to share your thoughts on this, please contact me.

martes, 21 de agosto de 2007

El Ajedrez Iniciático

Por A. Z. F., V. M. K. EL TAWA MANÚ

El prominente sabio y escritor del siglo XX recientemente pasado, Dr. Samael Aun Weor, al nacer en su bella tierra de Colombia fue registrado legalmente como Víctor Manuel Gómez
Rodríguez, transcurriendo su niñez y juventud con las travesuras que son inherentes a esa etapa de la vida para cualquier mortal, aunque definitivamente señaladas de antemano para este venerable Maestro como fuera de serie, merced a varias circunstancias extraordinarias que le cupo experimentar en directa correspondencia de reciclaje a sus extraordinarias
existencias pasadas. Inquieto e hiperactivo, buscó la verdad por doquier,
adhiriéndose desde muy joven a variadas instituciones místicas
en las cuales su presencia marcó hitos con participaciones
siempre magistrales. Naturalmente que esta situación derivó
también en antipatías e intrigas que lo persuadieron a salir
muy
temprano de estas organizaciones como también de su país.
Imbuido de la pureza doctrinal rescatada de su inspirado gurú
físico el Maestro "Huiracocha" quien a la vez fundó la moderna
Gnosis al recibir su alta iniciación en Oruro, Bolivia,
inyectándola
con la riquísima tónica de la cultura Tiahuanakota, Samael
emprendió positiva labor misional en gran parte de
Latinoamérica, a finales de los años cincuenta, transmitiendo
su revolucionario Mensaje acorde con la nueva era Acuaria, para
luego establecerse en su muy querido México, instalándose con
toda su familia en el Distrito Federal hasta sus postreros días
terrenales, que concluyeron en Diciembre de 1.977.
La selección hecha para quedarse en la cuna de las
formidables civilizaciones Mayas y Aztecas, además de
aproximarse a la fuente original de su inspiración, toda vez que
el Dr. Arnoldo Krumm Heller (Huiracocha) se hallaba en México,
fue debida a la espléndida variedad cultural precolombina que
allí encontró y que sabiamente esquematizó con su
escudriñador estilo para luego transmitirse luminosa y
triunfalmente por el mundo entero mediante miles de renacidos
discípulos, quienes por todos los continentes se han esmerado
en desarrollar su íntima vocación o Auto-Gnosis.
El Maestro Samael Aun Weor, además de valiosos aportes para
la humanidad con su trascendental filosofía del "Despertar
Consciencial", basado en revolucionarios métodos de auto
inducción psicológica a partir de la singular "Clave de Sol" :
Sujeto, Objeto y Lugar, superando con creces la embrionaria
aunque importantísima aportación de Karl Gustav Jung,
investigó con verdadero ahínco y penetración ontológica
muchas incógnitas existentes hasta entonces, sobre todo
respecto a las ancestrales culturas iniciáticas habidas en la
Tierra a través de los tiempos idos, dándoles por supuesto
acertada solución mediante su inigualable enseñanza
antropogenética, por lo que no es de extrañar que hasta hoy y
con real fortuna, continúen abrevando de su inagotable venero
los auténticos aspirantes del saber, desplegando enseguida
alas espirituales propias al elevarse más allá del común
denominador en el concierto de la especie humana.
El actual momento lo encuentro oportuno para rescatar y
entregar al dominio público, un sustancial extracto de uno de los
variados como enjundiosos estudios que nos legara este
singular filósofo, Maestre de Maestros, y es en el que se tratan
algunos aspectos relacionados con el auténtico simbolismo del
llamado juego de ajedrez, toda vez que tal resolución aclara la
ingeniosa aplicación del deporte ciencia en las cuestiones
simples y elementales del diario vivir, así como el trazado de
todo un mapa guía para que se haga luz sobre las tinieblas, aún
en los avatares más intrincados, insólitos e inverosímiles
del
"ajetreo" diario, disipándose de este modo el tortuoso imperio
de la ignorancia interior, misma que arremete impetuosa contra
la armonía social, amenazando su estabilidad y consistencia.
Samael Aun Weor comienza de este modo su interpretación: "A
primera vista, el ajedrez podría calificarse simplemente como
un juego de habilidad y de cálculo estratégico mental, en el
que
algunas personas altamente ejercitadas consiguen reproducir
miles de situaciones derivadas de múltiples partidas; pero,
como tantas cuestiones en la vida, además del aspecto
superficial, existe otro oculto y más profundo que suele
presentarse a nosotros en forma simbólica y que,
frecuentemente por desgracia, pasa desapercibido".
Refiere el investigador que para los atlantes, el ajedrez
constituyó en verdad una alegoría del juego o tablero de la
vida,
permitiendo con su popularización la viable como segura
transmisión perdurable del saber contenido en el arte
iniciático,
al cual no tenían acceso las grandes mayorías, y que por este
medio, gracias al esfuerzo e ingenio de sus participantes,
llegasen a su trascendental sustancia cuantos así merecieran
este don.
En el entendido que desde las Dimensiones Superiores, los
Señores de la Llama que son Maestros Conscientes de la
Humanidad Solar, de acuerdo a los Principios Inteligentes
existentes en la Creación mueven las fuerzas mecánicas en los
diferentes Universos creando y participando sin cesar en el
teatro existencial, determinan secuencias en las que operan,
por así decirlo, con cierto equilibrio la acción y reacción
de
ambas fichas del tablero, determinando hechos evolutivos o
involutivos, en los cuales las personas dormidas resultan ser
simples fichas sin voluntad ni decisión, situación que no es
fatalmente irrevocable, toda vez que se presenta una salida
salvadora hasta para el simple peón blanco que obtiene la
corona triunfadora con auxilio de la sutil como poderosa Reina.
"Entre todos estos Seres existen grados y grados, escalas y
escalas. Cada grupo o familia, según su Rayo Particular, actúa
sobre el Tablero de Ajedrez que, como ya dijimos, constituye la
Vida Universal, ocupándose de variadísimas actividades. Por
ejemplo, algunos de esos Seres, llamados Devas, dirigen los
Departamentos elementales de la Naturaleza"
"El hombre inteligente antepone la Consciencia a las
impresiones y fundamenta, tras ello, su actuación bajo el
perfecto equilibrio entre la mente, la emoción y el centro motor.
Podemos notar que dichas cualidades resultan inherentes a
todo buen ajedrecista. Cada uno de nuestros actos constituye
una jugada. Debemos luchar para que ella no se realice en
forma mecánica e inconsciente".
Respecto al tablero, Samael afirma que éste representa el
entablado o escenario de la Vida Universal, representando con
sus cuatro lados aquel Número Sagrado que iniciáticamente se
conoce como Tetragramma y que es visible en las estaciones,
los puntos cardinales y fundamentalmente en la naturaleza
material del Ser compuesta de los cuerpos físico, vital, astral y
mental.
"El tablero consta de 8 filas y de 8 columnas. La intersección de
unas y otras generan cuadros, casillas o más precisamente
escaques; multiplicando los 8 cuadros que, en sus dos lados
conforman el tablero, obtenemos el número 64; a su vez,
sumado cabalísticamente el número resultante (6+4),
obtenemos el Arcano 10 del Tarot" .
Con referencia a las piezas que componen el ajedrez, Samael
dice: "Cada participante cuenta en total 16 piezas. El número 16
corresponde a "La Fragilidad", a la "Torre Fulminada" por el
Rayo de la Justicia Cósmica. Según los cabalistas, esta es la
Torre de la "confusión de las lenguas". Ciertamente, sobre el
Tablero, los "humanoides" no logran entenderse y forman la
Humanidad mecánica, inconsciente, dormida. En otras
palabras, constituyen la famosa Torre de Babel".
Comenzando por la pieza del Rey, Samael explica lo siguiente:
"El Rey simboliza al Real Ser Interior de cada uno de nosotros,
nuestra Estrella Interior. Su movimiento es libre, en todas las
direcciones, hacia adelante o hacia atrás, pero sólo avanza una
casilla; Como quiera que constituye la pieza principal del
ajedrez, su pérdida supone la finalización de la partida. Esto
acontece con el jaque mate".
Respecto a la Reina, Samael nos dice: "La Reina es la segunda
pieza en importancia tras el Rey. No olvidemos el dicho que reza
que, detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer. En
el juego de ajedrez se presenta como la pieza más valiosa y
versátil, pues sólo ella puede, en su bando, moverse
ilimitadamente como cualquiera de las demás, exceptuando el
caballo; es decir, puede avanzar tantas casillas como desee y
en cualquier dirección, con la única restricción de no
encontrar
una pieza de su color, o rival, la que en caso de desearlo, puede
capturar".
"No es de extrañar, por consiguiente, que, cuando un peón
consigue llegar a la orilla del contrincante al permitirse el
trueque por cualquiera de las piezas capturadas, la primera
elección suela ser la dama. De hecho, la partida prácticamente
está perdida, cuando el descuido del jugador ocasiona la
pérdida de la dama".
"Al igual que el Rey y las demás piezas del juego, la Reina
también tiene dos aspectos: el blanco y el negro. En su aspecto
positivo o blanco, ella es la Divina Madre Kundalini con sus
cinco formas, ya simbolizada por los hindúes con la Vaca
Sagrada de cinco patas. Ella es María, Ram-Io o Tonanzín. Es el
aspecto femenino de Dios (Dios-Madre), o sea, una parte de
nuestro propio Ser, pero derivado".
"Siempre ha existido y existirá una cruenta lucha entre la Reina
Blanca y la Reina Negra, disputándose a sus hijos, es decir, a
la Humanidad; también representa a la Naturaleza. Cuando la
persona quiere trabajar, ayuda como también esclaviza".
Refiriéndose al alfil, explica Samael lo siguiente: "El Alfil es,
a la
vez, la Lanza Sagrada de los antiguos Misterios, el Phalo, el
Sexo, el Edén. Su función juega un destacable papel en
numerosas leyendas orientales como instrumento maravilloso
de salvación. La liberación únicamente se alcanza al ser
sabiamente blandida la lanza por el Alma que anhela. Esto
permite reducir a polvareda cósmica todas esas entidades
cavernarias que constituyen el "mí mismo".
"Por tanto, el Alfil, representativo del carácter fálico, es el
símbolo del poder sexual (viril). El Alfil puede avanzar o
retroceder tantos escaques como desee, pero siempre en
diagonal y sin salirse de su color".
"Debemos observar cómo esta pieza, al moverse en diagonal,
forma "equis". Esto nos recuerda precisamente a la Cruz de San
Andrés. El extraordinario suplicio de Andrés, lleno de enigmas
y
portentos, hizo muy célebre la Cruz en Equis, sobre la cual, en
forma despiadada, ataron sus miembros separados".
"Evidentemente, todo lo anterior se refiriere al Alfil Blanco, al
Phalo utilizado en forma positiva para lograr la Castidad
Científica mediante la transmutación alquímica. No resulta
difícil
entender que su antítesis, el Alfil Negro representa la
fornicación, la fuerza viril utilizada para el erotismo malsano,
etc."
Sobre la pieza del caballo nos dice Samael: "La etimología del
término nos rememora al ideal del caballero cristiano,
plasmado en el personaje del caballero medieval o al
fenómeno de la caballería de dicha época. El Caballo se
mueve
sobre el Tablero, en forma de "L". Esto nos recuerda a la Ley,
simbolizada, entre los mahometanos, por un caballo. Sólo esta
pieza puede saltar sobre las demás, sin importar su color. El
Caballo del juego de ajedrez singularmente nos invita a pensar
en el Centauro mitológico y en la Constelación de Sagitario".
"Realmente, el "humanoide intelectual" es todavía algo no
logrado, y por eso se desencadenan, dentro de sí, terribles
luchas entre la parte animalesca y su parte verdaderamente
humana. El "animal intelectual" es como un Centauro que debe
lanzar la flecha de su anhelo, o sea, de sus Ansias de Ser,
hacia el Sol Interior o su Real Ser, para volverse a Religar con
Él".
"La flecha constituye un símbolo de la fuerza de Eros. Por otro
lado, el arco templado representa a las tres fuerzas: Padre, Hijo
y Espíritu Santo que debe utilizar todo neófito para llegar a
la
liberación interior. El Caballo, simultáneamente, alegoriza la
osadía, el valor, la valentía, la amistad, la inteligencia y
otros
atributos de la Consciencia.
"Sin embargo, para lograr lo anterior, resulta altamente
necesario eliminar los opuestos de las mencionadas virtudes,
traducidas por el Caballo Negro. Recordemos, por ejemplo,
que, en el esoterismo del toreo, el Caballo simboliza el cuerpo
físico aún no domado y sobre el cual va el neófito,
dispuesto a
"picar" con la Lanza a la "Bestia Bramadora", es decir, al ego
animal".
Respecto a la torre ya Samael nos clarifica la importancia del
despertar insinuado por esta pieza que invita a la observación y
a mantenerse en estado de alerta, situación que debe ser
asumida disciplinadamente por el aspirante serio.
"Sin el sentido de la auto-observación psicológica, el triunfo
en
el Tablero de la Vida, resulta radicalmente imposible. No
olvidemos que toda auténtica auto-psicología, tiene tres
aspectos fundamentales: auto-observación, auto-exploración y
eliminación".
"Desde luego, la Torre (roca) está cimentada sobre la Piedra
Cúbica de Jesod, sobre el sexo, ya que el trabajo de la muerte
mística no se puede realizar, cabalmente, sin la ayuda del
Tercer Logos, o sea, de la energía creadora. También nos
recuerda la torre a las dos columnas que están a la entrada de
todo templo. Así pues, en estado de alerta, como el vigía en
época de guerra, el neófito desde su propia torre, (su cerebro,
su cabeza), aprende a transformar las impresiones. Así se evita
que la mente realice su acostumbrado procesamiento de datos,
al anteponer la Consciencia entre la Torre y las impresiones
que le vienen de todos los lados del Tablero".
"La torre sólo está construida cuando hemos desarrollado el
Fuego Solar dentro de nosotros mismos. En esas condiciones,
el Hijo del Hijo (el Segundo Logos, el Chrestos) puede penetrar
en nosotros para parlar el verbo de Oro del Primer Instante".
"En conclusión, sobre el Tablero de la Existencia, los Iniciados
deben levantar su Torre de Fuego, si es que anhelan que el
Magnesio Interior de la Alquimia, el Cristo Íntimo, nazca de su
propio pesebre".
Respecto a los peones del ajedrez, Samael los identifica, en
correspondencia con la Iniciación, a los neófitos o aprendices,
aspirantes a convertirse en Seres Conscientes de la
Humanidad Solar, pudiendo algún día liberarse de las ataduras
materiales que transcurren entre el par de opuestos de la
existencia.
"El peón presenta movimientos muy limitados: sólo puede
avanzar hacia adelante, en línea recta, de casilla en casilla.
Cuando se mueve por primera vez puede avanzar dos
escaques. Como se indicó anteriormente, cuando el peón logra
llegar hasta la octava hilera puede recuperar cualquiera de las
piezas capturadas de su bando".
"El peón blanco representa a la Esencia luchando, con la ayuda
del Rey, de la Reina, del Alfil y de la Torre Blanca, contra las
fuerzas que se oponen a su desarrollo".
"El peón negro simboliza a las fuerzas del Ego, a esos
"elementos inhumanos", siniestros, que en su conjunto forman
el "Yo", el "mí mismo". No representa otra cosa que la sombra
tenebrosa de nuestro Rey que jamás pecó".
"Cuando un peón blanco es devorado, a causa de una "mala
jugada", significa que la víctima ha sido engañada por el Ego.
Esta situación, desafortunadamente, resulta muy común sobre
el Tablero de la Vida".
"Los 8 "peones" también son "Pentalfas" invertidas, hasta tanto
no logren despertar Consciencia y fabricar los Cuerpos
Existenciales Superiores del Ser. El número 8 es el número de
las "Pruebas de Job", es un signo de dolor, de sufrimiento".
"Los 8 peones representan, además, a las 8 virtudes de nuestra
Madre Divina Kundalini, a los que nosotros debemos limpiar su
negrura hasta volverlos blancos, como condición indispensable
para que nuestra RAM IO se manifieste a nosotros".
En resumen, y luego de analizar la valiosa interpretación que
nos brinda el Maestro Samael Aun Weor, aún en este apretado
extracto, respecto al ajedrez y su innegable correspondencia o
similitud con lo que se debe llevar a cabo en el ajetreo
existencial, se simplifica entender las diferentes
manifestaciones de fuerzas oscuras hoy actuantes en la Tierra
queriendo imponer por la fuerza los aspectos más bajos de la
naturaleza animal creando por doquier caos, confusión, terror,
guerras y muerte, pero también se puede advertir que dichas
anómalas situaciones son ráfagas pasajeras, hasta cierto
punto admisibles, pero que cuando sobrepasan sus impúdicas
tropelías como ocurre actualmente con el despliegue masivo de
grosero poder y atropello bestial, es de esperarse que se hallen
muy próximas las conscientes movidas de las piezas blancas
actuando con Amor y Sabiduría para vencer luminosamente
sobre todas las tinieblas representadas por las fichas
siniestras.
A diferencia de las fichas negras que buscan el triunfo de las
cosas materiales sin importar los métodos empleados, o que el
"fin" justifique cualquier barrabasada racional o artificiosamente
justificable, o que por la torta a repartirse muchos elementos
tenebrosos participen en el festejo del botín supuestamente
logrado, debe tenerse presente que la Justicia Divina interviene
más temprano que tarde, poniendo las cosas en su lugar, pues
si por ley de contrastes la oscuridad sirve de escenario para
que se pueda admirar la plenitud luminosa, cerca se halla la
alborada de un nuevo amanecer para la humanidad, luego que
la condición animal haya sido transformada de la psiquis
degenerada del hombre, dando paso al advenimiento de una
general elevación espiritual que permitirá al fin gozar en la
Tierra de esa Paz y Armonía que nos reconozca a todos como
hermanos, sin diferencias de ninguna clase, incluyendo a las
especies de los demás reinos de la Creación, conformando
una gran fraternidad universal.


* Un análisis referente al estudio del V. M. Samael Aun Weor sobre el tema del Ajedrez.

EL TABLERO DE AJEDREZ

Arturo Capdevila

Un mérito singular tuvieron los árabes: el de jugar al ajedrez. Fastuosos y opulentos, era su tablero de ébano y marfil con cantoneras de oro: las piezas blancas, de cristal de roca; las rojas, de rubí.

No se sabe quienes fueron sus maestros; que los tuvieron, pues nada más insostenible que la tesis vulgar de que aquellos inventaron el juego. Donde quiera que ha ido el investigador -a la China, al Egipto, a la Persia, a la India-, ha encontrado un ajedrez más complicado que el de los musulmanes, más numeroso de piezas y casillas, más abstruso, si se puede decir, y hasta no exento de un cierto carácter esotérico.

El árabe no inventó el ajedrez; lo recibió en herencia. Su virtud consiste en haberlo simplificado y reducido a más humanos términos. Porque aunque resulte extrañamente comteano lo que voy a expresar, el ajedrez nos ofrece sus tres estados bastante precisos: el teológico, el metafísico y el positivo.

En la sabia India, en el severo Egipto, en la profunda Persia, el tablero ajedríztico[1] proponía, más bien que un problema de lógica, como ahora, un enunciado teogónico. Cada pieza era un dios. Acaso para el persa, las piezas negras representaban las funestas fuerzas de Arimanes, y las blancas, los salvadores poderes de Ormuzd. En la India sería el ajedrez como quien dijera el Ramayama vertido a tablero; o más aún, el Bagavah-Gita traducido al marfil.

La etimología nos revela el origen persa de algunas piezas, como el alfil, nombre procedente de “pil”, vocablo que en la lengua del Zend Avesta significa elefante. En son de trivial referencia recordaré que el Alfil se denomina el loco, fou, entre los franceses, -y de ahí su gorro de bufón en los diagramas, - y bishop, obispo, entre los británicos. Desearía conocer exactamente algún día las relaciones que haya entre un elefante, un obispo y un loco...

Nadie dará jamás con su origen. Y así han salido frustrados los intentos de hallar el del ajedrez. Sin asomo de propósito irónico, es dable preguntarse si lo hubimos por la revelación, o si poco a poco se fue constituyendo y perfeccionando. Yo me atrevo a creer que nació perfecto. Me atrevo a creer que fue la aplicación ingeniosa de alguna serie matemática, de algún desarrollo algebraico. A menudo ocurre de tal modo con las conquistas de la ciencia: esto se queda para el estudioso; estotro se deriva hacia el esparcimiento de salón.

El juego de las damas, que algo se le asemeja, tiene su origen bien averiguado en los altos números. Yo he leído en algún lugar que ya ha sido descubierta la síntesis matemática de tal juego, a punto que jugando con justeza, el que sale gana. Podrá también hallarse con los años la síntesis ajedríztica, y habrá entonces, para pobreza nuestra, un misterio menos en la tierra. Las piezas blancas triunfarán siempre, es decir, las fuerzas puras de Ormuzd, como está escrito.

Para los árabes tuvo el ajedrez un interés exegético. La libertad que el Corán les negaba, dábasela el tablero. Atenidos, de labios afuera, a la ortodoxia coránica, decían saber que todo viene de Alah; más, corazón adentro, no acababan de proponerse el por qué de la buena o mala andanza. No les respondía el fatalismo valederamente. El ajedrez, en cambio, les sugería la deseada verdad.

En efecto, todo el juego contiene la explicación del destino, de acuerdo con el principio hindú del karma, en el que se le concibe inteligente y justiciero, esto es causado rigurosamente por nosotros mismos.

Veámoslo. Siéntome a jugar frente a mi maestro, por libre y mutua voluntad; lo que enseña, no bien se “trascendentaliza”, que si en el mundo estoy moviendo las piezas de la vida, nadie, sino yo mismo me lo impuso así. Estamos frente a frente, dotados de idénticas posibilidades. Esto me da la noción del frente a frente que es de rigor en la vida, y de la originaria igualdad que es de su esencia. Más como la acción a que se está consagrado no puede realizarse sin la modificación, la absoluta igualdad se destruirá muy pronto, mediante los actos libres - hay que decir de algún modo - de cada jugador. Igualdad absoluta significa treinta y dos piezas en reposo: así no se juega. Así no se vive tampoco.

Más la desigualdad proveniente de la acción no será ni casual ni arbitraria, ni siquiera fatal en el sentido desolante: se fundará en la ley de la estricta justicia. El que resuelva mejor su problema, y no el que por ante sí lo imponga, será el superior.

Como en la vida, todo es problema en el ajedrez, desde la apertura hasta el mate. Pero todo es equidad y todo es ley. Tengo aquí peones, Caballos, Alfiles: están medidas mis potencias. Puedo adquirir, sin embargo, nuevas fuerzas por la combinación acertada de las que me han sido consentidas. Y, a la inversa, puedo disminuirlas o perderlas. Nadie sino yo tendrá la culpa de esto. Una combinación errónea me traerá siempre a menos, bajo el jaque del rival. De donde se infiere, provechosamente, que la violenta ambición es perversa consejera, y que tan sólo se ha de tomar en cuenta el interés de la armoniosa verdad.

La multiplicidad de peligros de que vivimos rodeados se evidencia en el tablero. Hemos jugado por fin. ¿Qué hará el adversario?... Es el dueño de innumerables posibilidades; el mero paso de su peón, con ser nada más que un peón, puede comprometer todo mi plan y ocasionar mi ruina. Lección incomparable, que nos instruye en la suprema ley de la relatividad.

¿Y lo que se pierde, se pierde para siempre? El ajedrez nos da un consuelo. Si cuidamos la marcha de los ínfimos peones, tan pequeñitos como son, apoyando su avance con bien distribuidas fuerzas, alguno de ellos entrará a los últimos cuarteles del adversario y será nuestro precio de recate por la pieza grande que entregamos en temerario arranque al lazo del enemigo. Así, del propio error viene a servirse el ajedrizta paciente para la ulterior victoria. Parece que por tales caminos se nos aleccionará de que no hay modesta intención ni altruista constancia que al cabo no fructifique.

Porque todo este juego se funda en el ejercicio altruista de los poderes, como se ve de inmediato cuando se considera que siendo el Rey la pieza menos útil, por él pelean las demás, denodadas y terribles. También se advierte que la pieza jaqueada no atiende nunca a su particular salvación sino a la del conjunto que se le sobrepone.

A pura lógica, a puro rigor racional, se pierde o se gana. Ni azar ni arbitrariedad da o quita el merecido laurel. En la postrera esquina del jaque-mate el Rey se rinde ante las cosas evidentes. Sin amargura ni rencor, el perdidoso aleccionado recomienza la partida...

Pero volvamos a los estados comteanos. El ajedrez de los árabes siguió teniendo por principio, aunque muy morigerado, el del antiguo derecho divino del Rey. No pudiendo sustraerse a las influencias del medio, la edad feudal lo hizo feudal. Lasker denomina esa época los tiempos de las celadas. Se jugaba, en efecto, fuera en la España de Ruy López, fuera en la Italia de Greco el Calabrés, a base de emboscada y de sorpresa. Las grandes piezas dominaban las casillas y hacían, súbitamente, los más atrevidos saltos.

Pero llegaban ya los años de Voltaire, de Rosseau, de Diderot. La organización feudal temblaba. Se proclamaba los derechos del hombre en los libros y en las plazas. Entonces mismo, Filidor, Francisco Andrés Danican Filidor, proclamó en el tablero el concepto revolucionario de los derechos del peón. Y probó su verdad obteniendo asombrosas victorias. Debió escribirse en su epitafio: Destruyó el derecho divino del Rey y de las nobles piezas, y consagró el derecho popular de los peones... Así entró el ajedrez a su postrer estado, el estado positivo del examen, del análisis, de la síntesis.

Cuando digo que los árabes dieron al mundo estupendos regalos, digo apenas la verdad.

Ajedriztas admirables, los califas jugaron en el tablero de las naciones, y sus rápidos Alfiles dieron jaque a media Europa por la blanca diagonal de los desiertos.



Marzo de 1919. (de “Atlántida”)



[1] Ante una consulta de José Pérez Mendoza sobre si se debía decir ajedrizta o ajedrecista, el propio Arturo Capdevila respondía en 1920 que “los diccionarios de la Academia no conocen ni una ni otra voz. Aquellos lerdos lingüistas no han obtenido aún el adjetivo correspondiente al preclaro juego. En cambio, diccionarios como el de Toro y Gómez, traen el vocablo “ajedrizta”, que yo usé. En perfecta libertad de opinión, dado que no hay “legislación académica” al respecto, “debe optarse” –me parece- por lo más eufónico, económico y bello. En consecuencia, prefiero “ajedrizta”; expresión análoga, por su estructura, a la que designa entre nosotros al partidario de Juárez, a quien no se dice “juarecista” sino “juarizta”, con mejor aviso. Embellecer el idioma es también patriótico deber que nadie rehusaría; digamos, pues, “ajedrizta”, en lugar de “ajedrecista”. ¿Por qué? Por razón eufónica, y está dicho todo. No de otro modo se formó nuestro lenguaje: sin más regla ni razón que la exactitud y la armonía.

EL ESOTERISMO DEL AJEDREZ

Introducción

A primera vista, el ajedrez podría calificarse simplemente como un juego de habilidad y de cálculo estratégico mental, en el que algunas personas altamente ejercitadas consiguen reproducir miles de situaciones derivadas de múltiples partidas.
Pero, como tantas cuestiones en la vida, además del aspecto superficial , existe otro oculto y más profundo que suele presentarse a nosotros en forma simbólica y que, frecuentemente por desgracia, pasa desapercibido.
En el presente trabajo, vamos a tratar de indagar en este segundo aspecto, dando un paso más allá de la mera observación exterior, tratando de apreciar el sentido esotérico de este arte.
Históricamente se acepta que el origen del ajedrez brota en la India, de donde, hacia el siglo VI, pasó a Persia e Imperio Bizantino. Más tarde, en torno a los siglos VIII y IX, los árabes lo introdujeron en Europa, a través de la península ibérica.
Por el contrario, no resultan tan conocidos los vestigios descubiertos que prueban su práctica por parte de los vikingos y de los cruzados en tierra santa.
Más extraño aún, resulta mencionar que el pasado remoto o protohistórico del ajedrez deviene de la antigua Atlántida. Fue un juego conocido y practicado por los pobladores de aquel continente que hoy yace sumergido en el océano que lleva su nombre.
Para los atlantes, conocedores de su aspecto esotérico, lejos de constituir un deporte o juego de mesa de ingenio o de esfuerzo intelectual, el ajedrez simboliza o alegoriza el Juego de la Vida , o mejor dicho, el Tablero de la Vida. La pretensión no pudo ser otra que, como en toda transmisión del conocimiento, más que comunicar, en forma perdurable, el saber iniciático.
Efectivamente, conocemos, en términos esotérico-gnósticos, que las personas constituyen simples fichas, manejadas por fuerzas invisibles u ocultas desconocidas. Tales fuerzas mecánicas pueden ser de tipo evolutivo o de tipo involutivo.
A dichas fuerzas, debemos sumar las fuerzas revolucionarias que trabajan desde las Dimensiones Superiores del Espacio, o sea, a los Principios Inteligentes que se ocultan tras los fenómenos, creando y participando incesantemente en el teatro vital.
Dichos Seres Inefables, los Señores de la Llama, los Maestros del Círculo Consciente de la Humanidad Solar, unas veces manejan las fichas blancas y, en otras ocasiones, mueven las fichas negras. Es decir, dirigen, de acuerdo a lo conveniente, el curso de los innumerables siglos.
Entre todos estos Seres existen grados y grados, escalas y escalas. Cada grupo o familia, según su Rayo Particular, actúa sobre el Tablero de Ajedrez que, como ya dijimos, constituye la Vida Universal, ocupándose de variadísimas actividades. Por ejemplo, algunos de esos Seres, llamados Devas, dirigen los Departamentos lementales de la Naturaleza
Resulta obvio que, si la humanidad tuviera la Conciencia despierta, podría determinar las circunstancias conscientemente sobre el Tablero, porque lógicamente no estaría sometida a las leyes mecánicas, como la Ley del Destino, la Ley de Causa y de Efecto, la Ley del Retorno, la Ley de Recurrencia, la Ley de las Polaridades, etc., etc.
Nos permitimos llamar la atención sobre la probabilidad de que, visto el período cósmico en que nos encontramos, podamos estar jugando nuestra última partida.
El hombre inteligente antepone la conciencia a las impresiones y fundamenta, tras ello, su actuación bajo el perfecto equilibrio entre la mente, la emoción y el centro motor. Podemos notar que dichas cualidades resultan inherentes a todo buen ajedrecista.
Cada uno de nuestros actos constituye una jugada. Debemos luchar para que ella no se realice en forma mecánica e inconsciente.
En tanto vivamos inconscientemente inevitablemente seremos manejados por los dioses, o, con menor suerte, por los demonios.

El Tablero
Como se apuntó más arriba, el Tablero simboliza el Teatro o Entablado de la Vida Universal.
Los cuatro lados del tablero representan a los cuatro elementos de la Naturaleza: fuego, aire, agua y tierra, mencionados en forma reiterada por todos los tratados de la Alquimia. Asimismo, alegorizan a las cuatro estaciones y las cuatro edades.
También representan a los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser: Físico, Astral, Mental y Causal. No debemos olvidar que la máquina humana no dispone de todos estos cuerpos, por cuanto, algunos corresponden, como patrimonio único, al Hombre Real o Auténtico. Ello acontece tras su creación en la “Forja de los Cíclopes”, utilizando para ello la energía sexual o, según el lenguaje freudiano, por medio de la transmutación de la “líbido”.
El tablero consta de 8 filas y de 8 columnas. La intersección de unas y otras generan cuadros, casillas o más precisamente escaques .
Multiplicando los 8 cuadros que, en sus dos lados, conforman el tablero, obtenemos el número 64. A su vez, sumado cabalísticamente el número resultante (6+4), obtenemos el Arcano 10 del Tarot . Debemos recordar que el tarot corresponde al “Libro de Oro” y que éste, en sí mismo, constituye el Patrón de Medidas de las Leyes Cósmicas.
Así pues, el Arcano 10 refleja la “Rueda de la Vida” , la trágica Rueda de la Ley con sus tres mil dolorosas vueltas o “ciclos”.
El Arcano 10, a través de la Rueda del Samsara , viene a representar las leyes de la Evolución y de Involución, manifestadas a través de la Ley de la Trasmigración.
Desde el punto de vista de la Sexología Trascendental, la Rueda es el jeroglífico alquímico del tiempo necesario para la cocción de la materia filosofal.
Realmente, nosotros debemos, sobre el Tablero de la Vida, aniquilar el Ego y crear los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser, aprovechando el tiempo en el duro trabajo de “cocción de la material filosofal”. Así podremos evadirnos de esta “Cloaca del Samsara”, como la llamara el V.M. Samael Aun Weor.
El Ego, el “Yo”, el “mí mismo”, nos mantiene atados al “Valle de los Sufrimientos”, a la Rueda fatal de los nacimientos y las muertes, creando cuerpos físicos como resultado del Karma .
Por otro lado, si observamos cuidadosamente los 32 cuadros de color blanco y los 32 cuadros de color negro , encontramos allí una manifestación evidente de los Pares de los Opuestos de la Filosofía Hermética . Es decir, la luz y las tinieblas, el día y la noche, la permanente lucha entre las fuerzas del bien y las fuerzas del mal, que hay que trascender, pasando más allá de las dos. Tales opuestos, blanco y negro, constituyen el Yin y el Yan de los orientales: la fuerza pasiva y la fuerza activa.
La manifestación de la lucha entre el bien y el mal se plasma, también con los cuadros blancos y con los cuadros negros, por ejemplo, en los solados de diversas catedrales góticas, representativo del equilibrio entre lo positivo y lo negativo.
Sumando otra vez cabalísticamente, ahora el número 32, obtenemos el número 5 que, en los Arcanos Mayores del Tarot Egipcio, representa a la Gran Ley, a la Justicia Divina. Esto significa que el Tribunal de la Justicia Objetiva maneja las dos fuerzas antagónicas y que el “animal intelectual” equivocadamente llamado “hombre”, está sometido a sus dictámenes.
Todas las personas, querámoslo o no, percibámoslo o no, jugamos (trabajamos) sobre el tablero.

Piezas
Dicho lo anterior, a continuación, procede analizar cada una de las piezas intervinientes en el arte del ajedrez.
Cada participante cuenta en total 16 piezas. El número 16 corresponde a “La Fragilidad” , a la “Torre Fulminada” por el Rayo de la Justicia Cósmica.
Según los cabalistas, esta es la Torre de la “confusión de las lenguas”.
Ciertamente, sobre el Tablero, los “humanoides” no logran entenderse y forman la Humanidad mecánica, inconsciente, dormida. En otras palabras, constituyen la famosa “Torre de Babel” .
Concretando aún más, también podemos manifestar que la torre fulminada equivale a la caída del Iniciado al abismo.
En efecto, muchos son los Iniciados que caen, como la Pentalfa invertida, sobre el Tablero de la Vida: muchas son las “Torres Fulminadas”. Todo iniciado que derrama el Vaso de Hermes, se cae inevitablemente.

El Rey
El Rey simboliza al Real Ser Interior de cada uno de nosotros, nuestra Estrella Interior.
Su movimiento es libre, en todas las direcciones, hacia delante o hacia atrás, pero sólo avanza una casilla.
Como quiera que constituye la pieza principal del ajedrez, su pérdida supone la finalización de la partida. Esto acontece con el jaque mate.
Cuando en el juego del ajedrez se produce “Jaque Mate” al rey, esotéricamente significa que se ha cumplido el ciclo de 108 existencias para determinada Esencia. Al no existir posibilidad de defensa, el Íntimo o Maestro Interno absorbe los principios anímicos y espirituales para que su Esencia involucione en los Mundos Infiernos y quede libre de “Yoes”. Todo ello, hasta que comience el Juego de la Vida, reiniciando uno nuevo de sus tres mil ciclos de existencias. Quiere decirse con ello que, a pesar de que la Esencia involucione, el Rey es inmutable, eterno.
El Rey blanco nos invita a pensar en el Padre Eterno Cósmico Común, en Jehová o Iod-Heve.
El Rey blanco es inmortal, ya que cuenta con 3.000 oportunidades. Interesa señalar que el Rey, pese a ser capturado, nunca abandona, como el resto de las piezas, el tablero. Él debe luchar contra su antítesis, impulsando, desde adentro y desde arriba, a su Esencia, para que trabaje sobre sí misma en el Tablero de la Vida.
El Rey negro nos señala todo lo contrario del anterior: el Anticristo o fuerza tenebrosa del Universo. También hace referencia al Ego Animal y, en general, a todas las Potencias de las Tinieblas, a las fuerzas involutivas de la Naturaleza y del Cosmos.

La Reina
La Reina es la segunda pieza en importancia tras el rey. No olvidemos el dicho que reza que, detrás un gran hombre siempre hay una gran mujer .
En el juego de ajedrez, se presenta como la pieza más valiosa y versátil, pues sólo ella puede, en su bando, moverse ilimitadamente como cualquiera de las demás, exceptuando el caballo. Es decir, puede avanzar tantas casillas como desee, y en cualquier dirección, con la única restricción de no encontrar una pieza de su color, o rival la que, en caso de desearlo, puede capturar.
No es de extrañar, por consiguiente, que, cuando un peón consigue llegar a la orilla del contrincante al permitirse el trueque por cualquiera de las piezas capturadas, la primera elección suela ser la dama. De hecho, la partida prácticamente perdida, cuando el descuido del jugador ocasiona la pérdida de la dama.
Al igual que el Rey, y las demás piezas del juego, la Reina también tiene dos aspectos: el blanco y el negro.
En su aspecto positivo o blanco, ella es la Divina Madre Kundalini con sus cinco formas, ya simbolizada por los hindúes con la Vaca Sagrada de cinco patas. Ella es María, Ram-Io o Tonanzín. Es el aspecto femenino de Dios (Dios-Madre), o sea, una parte de nuestro propio Ser, pero derivado.
Invariablemente, el hijo ingrato que se olvida de su Madre invariablemente fracasa en el Tablero de la Vida, debido a que, sin su asistencia, resulta de todo punto imposible aniquilar el Ego Animal.
La Reina Blanca o Kundalini es un Fuego Electromagnético y Solar que subyace enroscado, en forma de Serpiente, aguardando el instante de ser despertado.
Efectivamente, quienes estudian fisiología esotérica a lo Náhuatl o a lo Indostán, enfatizan la idea trascendental de un centro magnético maravilloso, ubicado en la base de la columna vertebral, a una distancia media entre el orificio anal y los órganos sexuales. En el centro de tal Chacra se encuentra un cuadrado amarillo, invisible para los ojos de la carne, pero visible para la clarividencia o Sexto Sentido. Allí existe un Yoni o Útero y, en el centro del mismo, se encuentra un Phalo, en el cual está precisamente enroscada la Serpiente, esa misteriosa energía psíquica llamada “Kundalini”.
Incuestionablemente sólo mediante el Sahaja Maithuna o Magia Sexual, puede ser despertada la Serpiente, La Reina Blanca del ajedrez en su aspecto energético dentro de nosotros mismos.
En su vertiente negativa o negra, ella es la Diosa Kali , es decir, la divinidad de los deseos y las pasiones. Todavía hoy en día, algunas sectas degeneradas y tenebrosas de la India, le ofrecen a Kali sacrificios humanos. Esta Reina es, pues, la fuerza infra-instintiva y brutal de la Naturaleza; es la antítesis de la Kundalini; es la Serpiente Tentadora del Edén que combate eterna e incesantemente a la Serpiente positiva. Constituye, por lo tanto, el fuego sexual bajando negativamente hacia los infiernos atómicos del hombre.
Siempre ha existido y existirá una cruenta lucha entre la Reina Blanca y la Reina Negra, disputándose a sus hijos, es decir, a la Humanidad.
También representa a la Naturaleza. Cuando la persona quiere trabajar, ayuda como también esclaviza.

El Alfil
El Alfil es, a la vez, la Lanza Sagrada de los antiguos Misterios, el Phalo, el Sexo, el Edén. Su función juega un destacable papel en numerosas leyendas orientales como instrumento maravilloso de salvación . La liberación únicamente se alcanza al ser blandida la lanza sabiamente por el Alma que anhela. Esto permite reducir a polvareda cósmica todas esas entidades cavernarias que constituyen el “mí mismo”.
Por tanto, el Alfil, representativo del un carácter fálico, es el símbolo del poder sexual (viril).
El Alfil puede avanzar o retroceder tantos escaques como desee, pero siempre en diagonal y sin salirse de su color.
Debemos observar cómo esta pieza, al moverse en diagonal, forma “equis”. Esto nos recuerda precisamente a la Cruz de San Andrés . El extraordinario suplicio de Andrés, lleno de enigmas y portentos, hizo muy célebre la Cruz en Equis, sobre la cual, en forma despiadada, ataron sus miembros separados.
Indubitablemente y sin exageración alguna, podemos y debemos decir solemnemente que la Cruz de San Andrés simboliza una ”K” griega. Esta fue, es y será siempre uno de los símbolos más valiosos del esoterismo Crístico.
El hondo significado de las torturas de Andrés en la terrible “X” representa la aniquilación del Ego en el Laboratorium-Oratorium del Tercer Logos. También alude a la terrorífica muerte indispensable, que jamás podría realizarse con ningún fuego vulgar.
Realmente, para esta labor, se requiere la ayuda extra de un agente oculto, de un fuego secreto de tipo sexual, el cual, para dar una idea de su forma, se parece más bien a una gota de agua que a una llama .
Este Fuego Acuoso, o esta Agua Ardiente, no es otra cosa sino la chispa vital comunicada por el Logos a la materia inerte. Es el Fohat Divinal, encerrado en todo lo creado; es el Rayo Ígneo, el Kundalini, la Serpiente Sagrada de la Sabiduría de Anahuac, ascendiendo por el canal medular-espinal del Adepto.
Evidentemente, todo lo anterior se refiriere al Alfil Blanco, al Phalo utilizado en forma positiva para lograr la Castidad Científica mediante la transmutación alquímica. No resulta difícil entender que su antítesis, el Alfil Negro representa la fornicación, la fuerza viril utilizada para el erotismo malsano, etc.

El Caballo
La etimología del término nos rememora al ideal del caballero cristiano, plasmado en el personaje del caballero medieval o al fenómeno de la caballería de dicha época.
El Caballo se mueve, sobre el Tablero, en forma de “L” . Esto nos recuerda a la Ley, simbolizada, entre los mahometanos, por un caballo. Sólo esta pieza puede saltar sobre las demás, sin importar su color.
El Caballo del juego de ajedrez singularmente nos invita a pensar en el Centauro mitológico y en la Constelación de Sagitario .
Realmente, el “humanoide intelectual” es todavía algo no logrado, y por eso se desencadenan, dentro de sí, terribles luchas entre la parte animalesca y su parte verdaderamente humana. El “animal intelectual” es como un Centauro que debe lanzar la flecha de su anhelo, o sea, de sus Ansias de Ser, hacia su Sol Interior o su Real Ser, para volverse a Religar con Él..
La flecha constituye un símbolo de la fuerza de Eros. Por otro lado, el arco templado representa a las tres fuerzas: Padre, Hijo y Espíritu Santo que debe utilizar todo neófito para llegar a la liberación interior.
El Caballo, simultáneamente, alegoriza la osadía, el valor, la valentía, la amistad, la inteligencia y otros atributos de la Conciencia.
Sin embargo, para lograr lo anterior, resulta altamente necesario eliminar los opuestos de las mencionadas virtudes, traducidas por el Caballo Negro.
Recordemos, por ejemplo, que, en el esoterismo del toreo, el Caballo simboliza el cuerpo físico aún no domado y sobre el cual va el neófito, dispuesto a “picar” con la Lanza a la “Bestia Bramadora”, es decir, al ego animal.


La Torre
La Torre , dado que entre otras cosas alude al Estado de Alerta Percepción, es decir, a la Observación que sobre sí mismo debe tener el aspirante, constituye una pieza de inestimable valor. Su movimiento le confiere gran estima por los jugadores.
Sin el sentido de la auto-observación psicológica, el triunfo, en el Tablero de la Vida, resulta radicalmente imposible. No olvidemos que toda auténtica auto-psicología, tiene tres aspectos fundamentales: auto-observación, auto-exploración y eliminación.
Desde luego, la Torre (roca) está cimentada sobre la Piedra Cúbica de Jesod, sobre el sexo, ya que el trabajo de la muerte mística no se puede realizar, cabalmente, sin la ayuda del Tercer Logos, o sea, de la energía creadora.
También nos recuerda la torre a las dos columnas que están a la entrada de todo templo.
Así pues, en estado de alerta, como el vigía en época de guerra, el neófito desde su propia torre, (su cerebro, su cabeza), aprende a transformar las impresiones. Así se evita que la mente realice su acostumbrado procesamiento de datos, al interponer la conciencia entre la Torre y las impresiones que le vienen de todos los lados del Tablero.
Pablo de Tarso dijo a sus discípulos: “Recordad que vuestros cuerpos son el Templo del Dios vivo y que el Altísimo mora en vosotros.” La Torre de ese Templo es la cabeza del “cuerpo planetario”. El mismo Templo de Salomón, tiene la figura del cuerpo humano.
“Belem” nos recuerda a la famosa “Torre de Bel” , a la formidable “Torre del Fuego”. Para que el “Niño de Oro” (Horus) de la Alquimia (el Cristo Interior, el Hijo del Hombre) pueda encarnar en nosotros, se necesita que la “Torre de Bel” se encuentre levantada.
La torre sólo está construida cuando hemos desarrollado el Fuego Solar dentro de nosotros mismos. En esas condiciones, el Hijo del Hijo (el Segundo Logos, el Chrestos) puede penetrar en nosotros para parlar el verbo de Oro del Primer Instante.
En conclusión, sobre el Tablero de la Existencia, los Iniciados deben levantar su Torre de Fuego, si es que anhelan que el Magnesio Interior de la Alquimia, el Cristo Íntimo, nazca de su propio “pesebre”.

Los Peones
Los Peones , los soldados rasos del Rey, son los neófitos o aprendices, o sea, las personas o gérmenes que aspiran a convertirse en Adeptos del Círculo Consciente de la Humanidad Solar. Es decir, los individuos que, informados sobre el Camino Esotérico que conduce a la liberación final, trabajan sobre sí mismos, debatiéndose entre lo blanco y lo negro.
El peón presenta movimientos muy limitados: sólo puede avanzar hacia adelante, en línea recta, de casilla en casilla. Cuando se mueve por primera vez puede avanzar dos escaques. Como se indicó anteriormente, cuando el peón logra llegar hasta la octava hilera puede recuperar cualquiera de las piezas capturadas de su bando.
El peón blanco representa a la Esencia luchando, con la ayuda del Rey, de la Reina, del Alfil y de la Torre Blanca, contra las fuerzas que se oponen a su desarrollo.
El peón negro simboliza a las fuerzas del Ego, a esos “elementos inhumanos”, izquierdos y siniestros, que en su conjunto forman el “Yo”, el “mí mismo”. No representa otra cosa que la sombra tenebrosa de nuestro Rey que jamás pecó.
Cuando un peón blanco es devorado, a causa de una “mala jugada”, significa que la víctima ha sido engañada por el Ego. Esta situación, desafortunadamente, resulta muy común sobre el Tablero de la Vida.
los 8 “peones” también son “Pentalfas” invertidas, hasta tanto no logren despertar Conciencia y fabricar los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser. El número 8 es el número de las “Pruebas de Job” , es un signo de dolor, de sufrimiento.
Los 8 peones representan, además, a las 8 virtudes de nuestra Madre Divina Kundalini , a los que nosotros debemos limpiar su negrura hasta volverlos blancos, como condición indispensable para que nuestra RAMIO se manifieste a nosotros.
Por último, nos permitimos recomendar la visión de una película que quizá ustedes conozcan, titulada “En busca de Bobby Fischer” en donde se muestra, a poco que se observe, algunos de los apuntes que se han mencionado en este trabajo.

jueves, 16 de agosto de 2007

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miércoles, 15 de agosto de 2007

Ajedrez y tarot

El origen del tarot es oscuro. Tal vez, se remonte, como otras cartas de juego, a los tiempos de los antiguos egipcios, desde el momento que los estudiosos han reconocido los arcanos mayores en los jeroglíficos. Por el contrario, otros estudiosos han hablado acerca de notables semejanzas de las cartas de juego con los primeros juegos e ídolos orientales. Por otra parte, no se puede excluir la edad media como la cuna del tarot. No sabemos ni siquiera si los arcanos mayores, con sus dibujos simbólicos y los arcanos menores, con sus bien conocidos cuatro palos, fueron creados por separado y reunidos más tarde en una sola baraja, por cualquier mente genial, o si, por el contrario, nacieron directamente como mazo o baraja de setenta y ocho cartas.

Tratare de dar la explicación más plausible sobre el origen de las cartas normales del juego y del tarot en particular, siguiendo el orden cronológico y detalles de las primeras barajas, semejantes a las del tarot, que fueron populares en Italia durante el siglo XV siguiéndolas en su evolución hasta la definitiva baraja del tarot del siglo XVIII.


El Libro egipcio de Thoth

En el volumen I de la obra Le Monde primitif, de 1781, Court de Gebelin ofrece una convincente argumentación a favor del origen egipcio de las cartas del tarot. Sostiene que los veintidós arcanos mayores son un antiguo libro egipcio, El Libro de Thoth, salvado del incendio que destruyó los templos. Thoth era el Mercurio egipcio, considerado como uno de los primeros reyes, y el mítico inventor de la palabra y de los jeroglíficos, letras insertadas en una cadena de acontecimientos místicos. Muchos estudiosos de las ciencias ocultas reconocen en las cartas del tarot las páginas de los libros jeroglíficos, que encierran, en una serie de símbolos y figuras emblemáticas, los principios de la filosofía mística de los egipcios: Gebelin estaba convencido de que los símbolos esotéricos del tarot se difundieron por toda Europa a partir de las tribus nómadas de los cíngaros o gitanos.

Ajedrez

El Chaturange o juego de los Cuatro Reyes, es muy semejante a las cartas de juego de cuatro palos. Este juego oriental, que se remonta a los siglos V-VI, precursor del moderno juego del ajedrez, tenía en su origen el Rey, el General (la actual Reina) y el Caballo, además de los Peones o soldados rasos. Al principio no existía la Reina, ya que la presencia de una figura femenina en un juego que reflejaba la estrategia bélica contrastaba con la idea original del decoro. Es probable que, en cierto momento, algunos jugadores indios se quedaran sin alguna pieza del Chaturange, recortaran las figuras que faltaban valiéndose de una corteza de árbol o de un papel dando así origen a un nuevo juego.


China - Ajedrez - Dominó - Dados

Un tipo de cartas chinas tiene el mismo nombre que el ajedrez chino, Keu-ma-pou, o Carros – Caballos - Fusiles, por lo cual podemos pensar que los juegos de cartas derivan del ajedrez chino.

Se cree que el dominó chino, punteado como los dados –de los cuales parece derivar- se usó al principio en las prácticas adivinatorias. Está compuesto por veintiuna piezas, que representan las combinaciones de los dos dados. Algunos expertos consideran que las cartas de juego derivan, en último término, de los dados, a través del juego chino del dominó de madera.


Flecha adivinatoria coreana

Las barajas coreanas de ochenta cartas, llamadas Htou-Tjyen, sugieren la idea que los juegos de cartas coreanas derivan de las flechas adivinatorias. Estas cartas suelen ser fajas de papel oleado, de 20 cm de longitud y 0,5 cm de anchura. El reverso está uniformemente decorado con una flecha emplumada. Las barajas incluyen ocho palos. Las cartas presentan frontalmente haces de flechas estilizadas que conservan, respecto a los distintos palos, el significado simbólico del carcaj. Por eso se ha pensado que estas cartas traen su origen de las flechas adivinatorias.


Los cíngaros o gitanos

Muchos asocian las cartas adivinadoras a los cíngaros, originarios del Indostán y expulsados de Italia, a comienzos del siglo XV, por Timur Lenk, el conquistador musulmán de la mayor parte del Asia Central y de la Europa Oriental. Los cíngaros son universalmente reconocidos como los cartomantes por antonomasia, pues se cree que llevan en la sangre las virtudes adivinatorias.

Tribus de cíngaros empezaron a desplazarse hacia Occidente alrededor del año 1400, atravesando el Indo, Afganistan y los desiertos de Persia y moviéndose a lo largo del Golfo Pérsico, hasta la desembocadura del Eufrates. Adentrándose en los grandes desiertos de Arabia encontraron distintos caminos hacia Europa. Pequeñas tribus nómadas se habían detenido en Creta, Corfú y los Balcanes, antes del 1350. En 1417, una tribu de cíngaros llegó cerca de Hamburgo, en Alemania. Otras fuentes hablan de cíngaros en Roma en 1422 y en Barcelona y París, en 1427.

Sea como fuere, existen buenas pruebas para creer que los cíngaros llegaron a Europa sólo algún tiempo después de la aparición de las cartas de juego.


Johannes, un monje alemán

En una carta enviada por este monje a Brefeld, en Suiza, afirma que "un juego llamado el juego de las cartas (Ludus cartarum) ha llegado a nosotros este año de 1377"; pero añade que "ignora cuando fue inventado, donde ni por quien".

En su tratado –que se conserva en la colección del Museo Británico de Londres-, Johannes compara el juego de las cartas con el del ajedrez "ya que en ambos hay reyes, reinas, nobles y plebeyos".


Naipes

Uno de los principales argumentos en apoyo del origen sarraceno de las cartas es el nombre que los españoles emplean para indicar las cartas de juego: naipes, que podría derivar de la palabra napa, usada en Vizcaya y que significa llano, uniforme.


Click para ver los naipes

Algunos estudiosos opinan que naipes es una voz de procedencia árabe. La palabra hebrea naibes tiene semejanza con el viejo nombre italiano de las cartas, naibi, y en ambas lenguas significa la magia, la clarividencia y la predicción.

Según otra teoría la palabra naipes derivaría de las iniciales del inventor de las cartas: N.P., un tal Nicolao Pepin. Sin embargo, se carece de pruebas al respecto.