martes, 7 de agosto de 2007

In memoriam Dr. MI Ricardo Calvo (1943 – 2002)

Ricardo Calvo

Podría sonar como un anacronismo pero siempre existieron hombres, cuyos valores para la comunidad fueron mucho más allá de sus éxitos exteriores. Para los olímpicos no cuentan exclusivamente Zeus o Poseidón, sino también Hermes; para los poetas no solamente Dante o Shakespeare, sino también Jean Paul o Klabund. Uno de estos hombres de altísimo valor fue Ricardo Calvo.

Cuando el Maestro Internacional, nacido en Alicante 1943, murió hace 5 años después de una larga y grave enfermedad, el pequeño planeta del ajedrez se puso de luto por él. Con Calvo había perdido uno de sus centros secretos de gravitación.

Era médico, un brillante y atrevido autor y uno de las personas más cultas, que nunca pudimos conocer. Su elemento era la conversación. Desde la cábala hasta el surrealismo, desde las matemáticas hasta la anatomía apenas hubo tema sobre el cual no se hubiese podido conversar con él durantes largas y productivas noches.

Historia
Historia. Foto: ChessBase

He aquí un resumen de su carrera como ajedrecista:

Entre 1966 y 1978 representó cinco veces a España en las olimpiadas. En 1988 organizó el match Unión Soviética contra el resto del mundo a partidas de 25 minutos.

Ricardo CalvoNo ganó grandes torneos, pero siempre jugó brillantemente. Buen ejemplo fue su partida contra Víctor Korchnoi con ocasión de su primera olimpiada en La Habana.

Su encuentro con Bobby Fischer cuya genialidad admiró a lo largo de los años, fue uno de los más importantes de su vida.

La deposición del título mundial de Fischer, nunca fue aceptada por Calvo, ni por su amigo Fernando Arrabal.

Calvo, a través de un riguroso artículo, puso en duda la legitimidad de la sucesión. El Presidente de la FIDE, Florencio Campomanes, le declaró “persona non grata”, un procedimiento único y escandaloso, que contribuyó a dividir más si cabe el mundo del ajedrez.

Al final de su camino vital, Calvo descubrió la historia.

Una de sus especialidades fue el libro de juegos escrito en la Edad Media por Alfonso el Sabio, 1283; escribió una obra importante sobre la “Repetición de Amores y Arte de Axedres” de Luis Lucena , y se ocupó intensa y críticamente en las teorías sobre el origen del ajedrez.

Una pasión intelectual y tardía, fue la dedicación de Calvo a la relación del juego de ajedrez con los cuadrados mágicos, aquellas composiciones extrañas (y espantosas) de cifras, en las que la adición de las cifras en sentido vertical, horizontal y diagonal siempre resulta la misma suma.

Una peculiaridad es el cuadrado mágico de Safadi, de la Edad Media, que llamó la atención de Calvo cuando estudiaba la obra de Johannes Kohtz:

Tablero Sadafi
Representación del Tablero de Sadafi. Manuscrito Árabe

Todas las progresiones y diagonales dan la cifra de 260. No sería nada inusual en los tiempos de la fiebre “sudoku” (pasatiempo) por existir más de 250 millones de posibilidades de construir un cuadrado mágico de la 8ª disposición.

La cifra resulta también este caso “si se parte de un cualquier punto del borde con un movimiento recto o inclinado hasta el otro borde (p.e.: 64 + 55 + 18 + 25 + 33 + 42 + 15 +8 = 260)”, “si se parte de un cualquier punto del borde con un movimiento inclinado o recto hasta el otro borde (p.e. 64 + 56 + 18 + 26...)”, “si se parte de un cualquier punto del borde con un movimiento horizontal hasta el otro borde y después se salta de vuelta por encima de una casilla (p.e. 64 + 17 + 33 + 16 + 51 + 30 + 46 + 3 = 260)”, “si se parte de cualquier punto, saltando diagonalmente por encima de una casilla y se suma entonces las ocho posibles casillas, que eran alcanzables desde el punto de partida (p.e. 63 + 45 + 6 + 24 + 27 + 9 + 52 + 34 = 260)”, “adicionalmente resultan muchas jugadas de caballos (no todas) sobre un tablero infinito 260 (p.e. 64 + 18 + 30 + 52 + 5 (paso o puente) + 43 + 39 + 9 = 260).”

Si pensamos ahora en la manera de mover las piezas de ajedrez en la Edad Media con la torre y alfil saltando y la dama de paso corto (Wezir), pues contiene el cuadrado de Safadi de manera enigmática un tipo de código genético de las piezas de ajedrez. Si ahora enlazamos la cifra más pequeña con la mayor mediante líneas (1 – 64, 2 – 63 etc.), resulta una configuración extraña de forma estrellada.

No hay comentarios: